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martes, 23 de septiembre de 2014

Vaca encaminada

Buenos días pakillos!!

Ayer, lunes, día primero de la semana, ya cogí las riendas de mi vida sana, lo cual es todo un adelanto con respecto a la semana pasada! Además, como no me dio tiempo de ir al gim al mediodía y por la tarde tenía cosas de hacer, a última hora de la tarde retomé mis sanas caminatas con mi prima Olivia. Como siempre digo, lo importante es moverse! :)

Ayer leí en la publicación de una chica de instagram que no había que privarse, sino controlarse. Y tiene toda la razón del mundo. Que estemos intentando mantenernos en un peso sano, no significa que tengamos que estar sufriendo desconsuelo toda la vida, no, lo que significa es que no nos podemos estar pegando atracones.

Me explico. Al menos en mi caso, a parte del hecho de haber comido poco sano demasiado a menudo, eran las cantidades. Y es que los humanos, ya sea por ansiedad o por miedo a una guerra nuclear (no lo sé), nos atiborramos de una manera totalmente innecesaria. Cuando una persona normal (vease mi caso), que nunca  ha sufrido de sobrepeso, de repente empieza a tener que ponerse a dieta y no sólo se pone una, sino ya 3 a lo largo de su vida, es porque se le está yendo de las manos.

Y ese era mi caso. Comía las mismas cantidades que Mr Francisco, que mide 30 centímetros más que yo y tiene metabolismo masculino, que es otro rollo. Pero además, cuando me entraba la "ansiedad" arrasaba por donde pasaba. Y sobre todo por las tardes en casa, era más habitual de lo normal.

¿Por qué pongo ansiedad entre comillas? Hace poco, una compañera de electromusculación, que llevaba 3 meses yendo a dos sesiones semanales, me comentó que ella no perdía más peso ni había notado los resultados todo lo que debería ya que ella tenía mucha ansiedad y no podía parar de pizquear. Y la verdad, gastarse 46€ semanales para notar "algo" los resultados, me parece que esa señora no vale su dinero, o es que directamente le sobra...

Yo no pongo en duda que la señora tenga ansiedad, no, lo que sí pongo en duda es que no se pueda controlar. Más que nada porque yo salí de una situación parecida, y aunque hay días que recaigo (obvio, soy humana), son los menos. No es lo mismo pegarse un atracón mensual, o cada dos meses, que estar casi todos los días en esa situación...

He aprendido que mi relación con la comida no era la adecuada y cuando realmente siento que me voy a lanzar contra la despensa o voy a salir a comprar cosas que no debo comer porque ni son sanas ni mi cuerpo las necesita, lo que hago es ponerme el chándal y salir a caminar, o ir al gim, o cualquier actividad que me saque de casa. Y ese es mi pakiconsejo de hoy, si se quiere, se puede, y para poner excusas siempre estamos preparados, pero deberíamos estarlo más para proponer soluciones ;)

Pastel de berenjena con tomate casero y queso enviado por María Car. Que viva el horno y las posibilidades que nos brinda!


Pollito a la plancha con ensalada de escarola, zanahoria, pimiento y jamón serrano cortado enviado por Bea Ram. Fácil, sano y muy bueno!


Pakibesos!

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