Buenos días pakillos!!
Lo prometido es deuda, por fin llegó el post sobre la isla de El Hierro! :) Háganse cargo de que tan sólo estuve un fin de semana, y además estaba a dieta estricta, así que muchos de los platos que publicaré ni siquiera los olí, pero me fío del buen criterio de mi familia ;)
El primer día llegamos sobre las 16:00h, y comimos donde parte de la familia ya había comido ese día, en el restaurante El Parlamento, en El Mocanal. De aquí apenas tengo fotos porque entre el hambre, y que la carta tenía 7 platos y yo no podía comer prácticamente ninguno, ni ganas...
Tengan en cuenta que la dieta que hago restringe mucho lo que como y cuándo comerlo, y en este caso su especialidad son comidas caseras a base de caldero, y casi todas tenían salsa.
Como éramos tres, pedimos para compartir: revuelto de champiñones y langostinos (yo no podía comer los champiñones), gambas al ajillo (no podía comer los ajos que eran muchos) y carne de cabra, la especialidad de la casa, que obviamente ni siquiera pude probar, aquí les dejo con la foto. Los que la comieron afirmaban que estaba deliciosa.
En total, con bebidas incluidas, fueron 10€ por persona.
Por su orografía y origen volcánico, El Hierro apenas tiene playas, pero lo resuelven muy bien con piscinas naturales. Esa tarde estuvimos en La Caleta, al ser piscinas normales, era la de más cómodo acceso, y como íbamos con niños, fue la elegida.
Además, también tiene un acceso directo al mar.
Esa tarde también estuvimos tomando algo en el Parador de El Hierro, que tiene un enclave privilegiado.
Por la noche fuimos a cenar a Casa Goyo, en San Andrés. Su especialidad es la pechuga de pollo rellena, que obviamente no probé, pero a los que sí lo hicieron, les gustó mucho.
Éramos 5 y además de la pechuga rellena pedimos: queso herreño al horno (que no probé), ensaslada mixta (muestro en la foto lo que yo podía comer (tomate, lechuga y atún), pulpo a la gallega y garbanzada (que obviamente tampoco probé)
Todo lo que comimos nos gustó bastante, y volvieron a ser 10€ por cabeza.
El sábado subimos primero al Mirador de las playas que se encuentra en un pinar precioso, y luego a El Tacorón a darnos un baño. Aquí les dejo con fotos.
De las piscinas donde me bañé, El Tacorón fue mi favorita por la limpieza y la claridad del agua. Aunque reconozco que la escalerilla de bajada me acojonó un poco al principio.
Luego fuimos a almorzar a El Refugio, en La Restinga.
Aquí me pude comer unos chipirones a la plancha, que reconozco que estaban un poco insípidos y unos camarones que de ricos que están, son como pipas, empezar y no parar!
El resto de mi familia pidió también: lapas, sopa de marisco (especialidad de la zona) y pescado frito.
En total fueron 30 € por cabeza, y teniendo en cuenta lo poco que comí y que el chipirón no me entusiasmó, me pareció caro.
Luego nos dimos un tour por el interior de la isla hasta la ermita de la Virgen de Los Reyes, muy recomendable, y acabamos nuestro periplo en las piscinas de La Maceta.
También nos dimos una vuelta por El Golfo, donde se encuentra el hotel más chico del mundo y donde creo que si vuelvo a el Hierro me quedaré, ya que era la parte más chic de la isla y los bungalows y apartamentos tenían muy buena pinta!
Por último (sí, día muy completito), visitamos el Mirador de La Peña, donde se encuentra el restaurante diseñado por César Manrique. Como todo lo que hizo este arquitecto en las islas, una obra de arte!
El domingo fue nuestro último día en la isla. Por la mañana, mientras los demás terminaban con las maletas, me di una buena caminata por la zona de nuestra casa rural, en San Andrés. Me quedó pena de no haber caminado más ya que había senderos y carreteras que prometían.
Luego fuimos todos juntos a dar un paseo por La Meseta, y acabamos en el Árbol Sagrado del Garoé. Árbol que abastece a varios pozos, filtrando el agua a través de su ramas. Aunque ya no es el árbol original, que se perdió en un temporal de viento, vale la pena verlo y la entrada para canarios sólo cuesta 1,50€.
El domingo comimos en el restaurante Bahía, en Timijirafe. Al ladito del mar, pedimos para picar camarones y lapas, y luego cada uno se pidió un plato único. El mío volvió a ser chipirón a la plancha, pero esta vez mucho más rico y gustoso que el del día anterior.
El Hierro me gustó y me sorprendió. Demasiado tranquila para planteármelo como un destino de más días, pero para 3 es perfecta! Es una isla prácticamente desierta (6000 habitantes en total), con una población muy dispersa, donde es raro encontrarse muchos coches y aglomeraciones. Vale la pena para desconectar y recorrer sus caminos.
Además, lleva al extremo el lema de las Islas Canarias, "continente en Miniatura". En apenas unos kilómetros puedes pasar de 16 a 37 grados, así que les recomiendo ropa de todo tipo, porque nunca sabes cómo te hará! ;)
Pakibesooos!
Lo prometido es deuda, por fin llegó el post sobre la isla de El Hierro! :) Háganse cargo de que tan sólo estuve un fin de semana, y además estaba a dieta estricta, así que muchos de los platos que publicaré ni siquiera los olí, pero me fío del buen criterio de mi familia ;)
El primer día llegamos sobre las 16:00h, y comimos donde parte de la familia ya había comido ese día, en el restaurante El Parlamento, en El Mocanal. De aquí apenas tengo fotos porque entre el hambre, y que la carta tenía 7 platos y yo no podía comer prácticamente ninguno, ni ganas...
Tengan en cuenta que la dieta que hago restringe mucho lo que como y cuándo comerlo, y en este caso su especialidad son comidas caseras a base de caldero, y casi todas tenían salsa.
Como éramos tres, pedimos para compartir: revuelto de champiñones y langostinos (yo no podía comer los champiñones), gambas al ajillo (no podía comer los ajos que eran muchos) y carne de cabra, la especialidad de la casa, que obviamente ni siquiera pude probar, aquí les dejo con la foto. Los que la comieron afirmaban que estaba deliciosa.
En total, con bebidas incluidas, fueron 10€ por persona.
Por su orografía y origen volcánico, El Hierro apenas tiene playas, pero lo resuelven muy bien con piscinas naturales. Esa tarde estuvimos en La Caleta, al ser piscinas normales, era la de más cómodo acceso, y como íbamos con niños, fue la elegida.
Además, también tiene un acceso directo al mar.
Esa tarde también estuvimos tomando algo en el Parador de El Hierro, que tiene un enclave privilegiado.
Por la noche fuimos a cenar a Casa Goyo, en San Andrés. Su especialidad es la pechuga de pollo rellena, que obviamente no probé, pero a los que sí lo hicieron, les gustó mucho.
Éramos 5 y además de la pechuga rellena pedimos: queso herreño al horno (que no probé), ensaslada mixta (muestro en la foto lo que yo podía comer (tomate, lechuga y atún), pulpo a la gallega y garbanzada (que obviamente tampoco probé)
Todo lo que comimos nos gustó bastante, y volvieron a ser 10€ por cabeza.
El sábado subimos primero al Mirador de las playas que se encuentra en un pinar precioso, y luego a El Tacorón a darnos un baño. Aquí les dejo con fotos.
De las piscinas donde me bañé, El Tacorón fue mi favorita por la limpieza y la claridad del agua. Aunque reconozco que la escalerilla de bajada me acojonó un poco al principio.
Luego fuimos a almorzar a El Refugio, en La Restinga.
Aquí me pude comer unos chipirones a la plancha, que reconozco que estaban un poco insípidos y unos camarones que de ricos que están, son como pipas, empezar y no parar!
El resto de mi familia pidió también: lapas, sopa de marisco (especialidad de la zona) y pescado frito.
En total fueron 30 € por cabeza, y teniendo en cuenta lo poco que comí y que el chipirón no me entusiasmó, me pareció caro.
Luego nos dimos un tour por el interior de la isla hasta la ermita de la Virgen de Los Reyes, muy recomendable, y acabamos nuestro periplo en las piscinas de La Maceta.
También nos dimos una vuelta por El Golfo, donde se encuentra el hotel más chico del mundo y donde creo que si vuelvo a el Hierro me quedaré, ya que era la parte más chic de la isla y los bungalows y apartamentos tenían muy buena pinta!
Por último (sí, día muy completito), visitamos el Mirador de La Peña, donde se encuentra el restaurante diseñado por César Manrique. Como todo lo que hizo este arquitecto en las islas, una obra de arte!
El domingo fue nuestro último día en la isla. Por la mañana, mientras los demás terminaban con las maletas, me di una buena caminata por la zona de nuestra casa rural, en San Andrés. Me quedó pena de no haber caminado más ya que había senderos y carreteras que prometían.
Luego fuimos todos juntos a dar un paseo por La Meseta, y acabamos en el Árbol Sagrado del Garoé. Árbol que abastece a varios pozos, filtrando el agua a través de su ramas. Aunque ya no es el árbol original, que se perdió en un temporal de viento, vale la pena verlo y la entrada para canarios sólo cuesta 1,50€.
El domingo comimos en el restaurante Bahía, en Timijirafe. Al ladito del mar, pedimos para picar camarones y lapas, y luego cada uno se pidió un plato único. El mío volvió a ser chipirón a la plancha, pero esta vez mucho más rico y gustoso que el del día anterior.
Teniendo en cuenta que los tres niños no pagaban (tan sólo comían dos) esta vez fueron 18 € por cabeza.
El Hierro me gustó y me sorprendió. Demasiado tranquila para planteármelo como un destino de más días, pero para 3 es perfecta! Es una isla prácticamente desierta (6000 habitantes en total), con una población muy dispersa, donde es raro encontrarse muchos coches y aglomeraciones. Vale la pena para desconectar y recorrer sus caminos.
Además, lleva al extremo el lema de las Islas Canarias, "continente en Miniatura". En apenas unos kilómetros puedes pasar de 16 a 37 grados, así que les recomiendo ropa de todo tipo, porque nunca sabes cómo te hará! ;)
Pakibesooos!
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